El Midrash dice
De: Tora.org
Moshé explica que el judÃo mediante el cumplimiento de una mitzvá(mandamiento) se imparte una bendición a sà mismo e incurre en una maldición al transgredirla
Dirigiéndose hacia el futuro lÃder, Iehoshua, Moshé le indicó: "Después de conducir a los judÃos cruzando el Iardén, sitúa la mitad de la nación en el Monte Guerizim y la otra mitad en el Monte Eval. Pronto les revelaré las bendiciones y maldiciones a ser pronunciadas allÃ".Luego Moshé brindó a todo el pueblo el siguiente consejo: "En cada aspecto de la vida diaria se enfrentan con la elección de obedecer o no a Hashem. Sepan ustedes que esto en realidad involucra la opción de traer bendición o maldición, vida o muerte sobre vosotros."
"Si bien cada persona tiene el libre albedrÃo, D-s no es indiferente del camino elegido. Como fuera, El nos implora y aconseja, "Observa las opciones: hacer el bien y recoger una bendición o hacer el mal e incurrir en una maldición - y ¡elige la vida!"
Una larga fila de autos serpenteaba hacia las afueras de la ciudad. Los conductores buscaban la forma de acortar la última parte de su viaje al tomar la autopista amplia y moderna recientemente construÃda en lugar de continuar circulando por el camino de campo viejo y traqueteado. Pero junto a la entrada de la autopista fueron saludados por un campesino viejo quien estaba flameando su gorra en forma frenética y gritaba a todo volumen: "Atención, atención. Toma el camino viejo. Las ramas están bloqueando el final de la nueva autopista".
Los conductores estaban escépticos. ¿DebÃan creer en el consejo del viejo campesino? Algunos autos disparaban hacia la autopista nueva mientras que otros seguÃan por el camino viejo.
Aquellos que ignoraron la advertencia del viejo granjero sufrieron un viaje largo y cansador. El otro extremo de la autopista estaba realmente bloqueado y se vieron obligados a tomar un camino tortuoso que les causó muchas horas de demora.
Hashem advierte: "Si bien el camino de la Torá y las mitzvot por momentos pareciera intricado, sin duda os conducirá a vuestro destino. (Más aun, parece irregular y sinuoso antes de embarcarse en el mismo, pero una vez encaminado, verán que es pintoresco y confortable). El camino del pecado puede parecer más parejo al principio, pero a la larga será obstruido. Por lo tanto, elijan con inteligencia".
Visitar el Beit Hamikdash (Sagrado Templo de Jerusalem)
Mientras existÃa el Beit Hamikdash, era una mitzvá que todo hombre judÃo adulto fuera a la azará (Atrio del Beit Hamikdash) el primer dÃa de iom tov. DebÃa traer consigo un animal o pájaro para ofrecer un sacrificio oláhllamado "olat reiá / El sacrificio que se lleva al visitar el Beit Hamikdash". Quien llevara un sacrificio al Beit Hamikdash debÃa pernoctar en Ierushalaim.
La Torá promete que D-s protegerá las posesiones de quienes dejan sus hogares para cumplir esta mitzvá. Hashem dice, "Los judÃos que dejan su oro, plata y otros valores para recibir la Shejiná estan bajo Mi protección".
Un hombre, antes de viajar a Ierushalaim, se olvidó de cerrar con llave las puertas de su hogar.
Cuando regresó encontró una serpiente enrollada delante de su puerta. En cuanto se acercó, esta se fue. Se dio cuenta que D-s la habÃa enviado para cuidar su casa durante su ausencia.
Otro viajero, por descuido, dejó sus pollitos en el patio en lugar de encerrarlos. Cuando regresó de Ierushalaim encontró a todos los pollitos con vida - pero habÃa unos gatos muertos tirados en su patio.
Dos hermanos acaudalados de Ashkelón tenÃan vecinos malvados no-judÃos que planeaban robar las casas judÃas cuando se fueran de visita a Ierushalaim.
Aparentemente, los hermanos habÃan descubierto el malvado plan porque ese año los vecinos notaron que no habÃan viajado a Ierushalaim.
Cual fue la sorpresa de los vecinos, cuando los hermanos pasaron un dÃa para llevarles unos regalos.
"¿Cuál es el motivo?" preguntaron.
"Estamos de vuelta de Ierushalaim y les trajimos estos recuerdos", contestaron los hermanos.
Los vecinos quedaron boquiabiertos, "¿De Ierushalaim?", exclamaron. "Pero nosotros los vimos entrar y salir de vuestras casas todos los dÃas. ¿Cuando partieron?"
"Tal y tal dÃa", contestaron los hermanos.
"Bendito sea el D-s de los JudÃos, Quien no los abandona", exclamó el vecino. "Nuestra intención era la de saquear vuestras casas en vuestra ausencia, pero el D-s en Quien ustedes confÃan envió ángeles para protegerlos".
La Torá asocia las tres festividades - Pesaj, Shavuot y Sucot - con la producción del campo:- Alrededor de Pesaj, en la primavera, madura la cebada.
- En Shavuot, el verano, es la temporada de la cosecha de trigo.
- Sucot, es el perÃodo de recolectar todos los cereales y frutas.
La Torá nos ordena: En estas fechas cruciales preséntate en el Beit Hamikdash para reconocer que Hashem es el Amo Quien maneja las leyes de la naturaleza y sostiene el mundo. Agradécele a El y sométete a Sus órdenes.
De Jabad:
Tzedaká - Se nos Ordena Distribuir Caridad con la Mano Abierta
Un filósofo preguntó a Rabà Gamliel: "Tu Torá te ordena dar caridad una y otra vez y a no temer que quede afectada tu posición económica, ¿No es natural temer que ocurra? ¿Cómo puedes disponer de tu dinero sin preocuparte de que lo debÃas haber ahorrado para los tiempos de necesidad?"
Rabà Gamliel preguntó, "Si te piden un préstamo, ¿estarÃas de acuerdo?"
"Depende quien lo pida" contestó el filósofo. "Si el peticionante es un extraño, tendrÃa miedo de perder mi dinero".
"¿Qué pasa si el peticionante ofrece garantes" preguntó Rabà Gamliel.
"Bueno, si supiera que son confiables, aceptarÃa", contestó el filósofo.
"PermÃteme preguntarte", siguió Rabà Gamliel, "si el peticionante ofrece como garante al jefe del gobierno, ¿cómo te sentirÃas?"
"Seguramente le prestarÃa el dinero en estas circunstancias, porque estarÃa totalmente seguro que mi préstamo queda garantizado", afirmó el filósofo.
Rabà Gamliel explicó, "Cuando alguien da caridad, en realidad extiende un préstamo garantizado por el Creador del Universo. Los Escritos (Mishlé 19:17)dicen, "El que es benevolente para con los pobres presta al Eterno, y su buena acción le será recompensada". (D-s compensará al benefactor en este mundo restituyéndole el 'préstamo', y reservará la compensación total para el mundo futuro). Nadie es más confiable que el Creador; si El garantiza devolver el dinero de un donante, ¿por qué alguien dudarÃa de dar caridad?"
Nadie jamás empobreció por dar tzedaká.
En realidad, ocurre todo lo contrario, según el versÃculo, "Al que da a los pobres no le faltará, pero el que oculta sus ojos recibirá muchas maldiciones" (Mishlé 28:27). D-s devuelve el dinero gastado en tzedaká, mientras que el dinero retenido del pobre eventualmente será perdido.
Que D-s compensa a quien destina grandes sumas de dinero a caridad queda ilustrado en este Midrash:
Rabà Elazar, Rabà Iehoshua y Rabà Akivá estaban recorriendo el paÃs para recaudar una gran suma a fin de sustentar a estudiantes de Tora necesitados.
Llegaron a los alrededores de AntioquÃa, hogar de Aba ludan, un magnate famoso quien contribuÃa con grandes sumas de dinero a la caridad.
Cuando Aba ludan vio que llegaban los Sabios, su cara se volvió pálida de vergüenza y tristeza, porque habÃa perdido todo su dinero y no podrÃa ayudar a otros.
Su esposa se asustó al ver que su aspecto cambió tan drásticamente ypreguntó cuál era el motivo.
"Los Sabios visitan el vecindario" le contó a ella, "y yo no puedo darles una donación".
Su esposa, quien era aun más generosa que él le aconsejó, "Vende la mitad del campo que nos queda y entrégales el dinero". (Esto era un acto de piedad no exigido por la halajá).
Cuando los Sabios recibieron su donativo, lo bendijeron, "Que el Todopoderoso vuelva a resarcirte por tu pérdida".
Más tarde, mientras Aba ludan estaba arando el lote de tierra que le quedaba, su vaca cayó en un pozo y se rompió la pata. Cuando Aba ludan se agachó para atenderla, D-s iluminó sus ojos y de repente, vislumbró un tesoro enterrado en dicho pozo. Rebosante de alegrÃa exclamó, "Era para mi beneficio que mi vaca se lastimara".
La siguiente vez que los Sabios visitaron el vecindario preguntaron, "¿Cómo está Aba ludan?"
"Aba ludan", les contaron, "tiene esclavos y rebaños de cabras y camellos. Nos faltan palabras para describir su fantástica riqueza".
Aba ludan supo de la llegada de los Sabios y salió a recibirlos. "Vuestras plegarias por mi éxito fueron inmensamente beneficiosas", les dijo, "D-s no solo repuso el dinero que yo les di, sino que me bendijo con más dinero del que nunca tuve".
Contestaron, "Tu éxito se debe a tus actas caritativos. Al donar para tzedaká tan generosamente, Hashem te consideró merecedor de Su bendición".
Los Sabios aplicaron el versÃculo: "La dádiva (para tzedaká) de un hombre le amplÃa su sustento" (Mishle 18:16).
Asimismo, dar tzedaká prolonga la vida de una persona.
Biniamin HaTzadik estaba a cargo de los fondos de caridad.
Una vez, durante una larga sequÃa y hambruna, una mujer se aproximó y le rogó, "RabÃ, por favor, ayúdeme".
"Me gustarÃa" contestó, "pero todos los fondos de tzedaká fueron distribuidos; no queda nada".
"Si no puede ayudarme", le imploró, "causará la muerte de una mujer y sus siete hijos".
Cuando Biniamin HaTzadik escuchó esto, pagó por el sustento de la familia con su propio dinero.
Un tiempo después, cayó gravemente enfermo y su muerte era inminente.
En el Cielo los ángeles imploraron ante Hashem: "Amo del Universo, ¿acaso Tú no has proclamado que salvar el alma de un solo judÃo es tan importante como mantener un mundo entero? ¿Acaso Biniamin, quien mantuvo con vida a una mujer y sus siete hijos, morirá tan joven?"
El decreto de muerte fue consecuentemente revocado, al conceder la Corte Celestial otros veintidós años de vida a Biniamin.
Tres acciones tienen el poder de provocar la abolición de decretos Celestiales:
1. El arrepentimiento
2. El ofrecer caridad
3. Las plegarias.
Las siguientes halajot básicas pertenecen a la mitzvá de dar caridad:
□ El monto que una persona da para tzedaká depende de su ingreso; cuanto más gana, mayor es su obligación. Una persona con un ingreso promedio deberá distribuir un diezmo de su dinero a caridad y una persona rica hasta un quinto.
Después de la Destrucción del segundo Beit Hamikdash, Rabà Iojanán ben Zakai, mientras montaba su asno en compañÃa de sus discÃpulos, notó la presencia de una mujer joven que se inclinaba para recoger los granos de cebada de entre los excrementos del animal de un árabe.
Ella se acercó a Rabà Iojanán y le imploró, "¡RabÃ, ayúdeme!"
"¿De quién eres hija?" le preguntó Rabà lojanan ben Zakai. Ella contestó, "De Nakdimón ben Gurión".
Sorprendido, le preguntó: "¿Donde está toda ¡a fortuna de ¡a casa de tu padre? (Nakdimón ben Gurión era uno de ¡os hombres más ricos de Ierushalaim antes de la destrucción del Beit Hamikdash).
"RabÃ", contestó ella, "¿Acaso no hay un proverbio en Ierushalaim, 'Quien desea conservar su dinero deberÃa seguir dando caridad?' Perdimos todo nuestro dinero porque no prestamos atención a dicho consejo".
"¿Y qué pasó con el dinero de tu suegro?" preguntó Rabà Iojanan.
"Actuó como garante de mi padre, por lo tanto, también perdió su fortuna", explicó. Luego preguntó, "RabÃ, ¿recuerda haber firmado mi ketubá (contrato de matrimonio)?"
"Lo recuerdo", contestó Rabà Iojanán, quien, dirigiéndose a sus discÃpulos, relató: "Su ketubá proveÃa una dote de un millón de dinares de oro de su padre, además de lo que ella recibió de su suegro".
Rabà Iojanán lloró (por el severo castigo impartido por D-s a la nación judÃa) y exclamó, "Cuando el pueblo judÃo cumple con la voluntad de D-s, El los eleva a los niveles más altos; sino, los hunde en las mayores profundidades".
Cuando la joven mujer afirmó que su padre habÃa perdido su dinero por no haber dado caridad, no era porque consideraba que no daba nada. Todo lo contrario, hizo muchas obras de caridad. Por ejemplo, era conocido el hecho que cuando Nakdimón salÃa de su hogar hacia el Beit Hamidrash, sus sirvientes desplegaban alfombras frente a él y éstas eran regaladas a los pobres. En realidad, ella sugirió que la pérdida de su fortuna se debÃa al tamaño de sus contribuciones que no eran proporcionales a su inmensa fortuna. La gente dice, "La carga que uno coloca sobre un camello depende de su fortaleza". D-s espera que una persona dispense caridad en proporción a la abundancia con la que fue bendecida.
En efecto, una persona rica es afortunada si dona generosamente tzedaká. La siguiente parábola es ilustrativa:
Dos ovejas permanecÃan a la orilla del rÃo y miraban con desconfianza las olas espumosas a sus pies. ¿PodrÃan nadar y cruzarlo hacia el campo verde que las tentaba del otro lado?
Ambas se zambulleron y comenzaron a nadar con energÃa.
Pero mientras que una podÃa mantener el ritmo, la otra se cansó rápidamente, apenas manteniendo su cabeza fuera del agua. Muy pronto fue arrastrada por la fuerte corriente.
Para su desgracia, esta oveja tenÃa más dificultades a raÃz de sus vellones largos, que se hacÃan más pesados cuando estaban mojados. Sin embargo, la otra oveja estaba esquilada. Viajó liviana y asà sobrevivió.
Nuestros Sabios advierten a la persona que cruce "liviano" al mundo siguiente - es decir, que se libere de todo el dinero extra distribuyéndolo para tzedaká. Si una persona se aferra a su dinero, finalmente lo arrastrará hasta el Guehinom (infierno), por no haber utilizado su fortuna como Hashem lo desea.
Las siguientes son más halajot relativas a la tzedaká.
□ Si alguien tiene parientes indigentes, es prioritario ayudarlos; luego debe dar caridad a los vecinos pobres; luego a los pobres de su ciudad. Si tiene que optar entre los indigentes de dos ciudades diferentes y los de Eretz Israel, los de Eretz Israel tienen prioridad.
□ La mitzvá de tzedaká comprende dinero o comida.
□ Si un pobre pide caridad a fin de proveerse de vestimentas podemos averiguar si su pedido es legÃtimo; pero si pide comida, debemos contribuir de inmediato.
□ Tzedaká debe ser entregada con una modalidad amigable y junto con palabras alentadoras. Quien da con enojo, aunque fuera una donación importante, pierde el mérito.
□ El cumplimiento óptimo de la mitzvá ocurre cuando el donante no conoce al receptor de la caridad, ni el receptor sabe de él (asà eximen al receptor de la vergüenza).
En dicho caso, por supuesto, es necesario asegurarse que el cobrador es confiable, personalmente conocido por las partes involucradas y quien se asegurará que la tzedaká llegue a su destino adecuado.
□ La mayor tzedaká es evitar que un hermano judÃo tenga que aceptar caridad. Si uno puede encontrarle un empleo adecuado para él, hacer una sociedad con él o prestarle dinero para que se haga auto-suficiente, el donante ha realizado la mejor clase de tzedaká.
□ Cuando se considera donde destinar el dinero de tzedaká personal, se debe dar prioridad al necesitado que se dedica al estudio de la Tora. Asà como losmaasrot de antaño apoyaban a los kohanim y a los leuiim quienes servÃan en elBeit Hamikdash, asà debemos separar una décima parte de nuestros ingresos para los estudiosos de Torá con necesidades financieras.
Rabà Tarjan, quien era un hombre muy rico, no dio suficiente tzedaká, en proporción a su riqueza.
Rabà Akivá se acercó a él y le preguntó: "¿Quiere que invierta su dinero en propiedades?"
Rabà Tarjan aceptó y le entregó 4.000 dinares de oro.
Rabà Akivá tomó el dinero y lo distribuyó entre los pobres.
Cuando, más adelante, Rabà Tarjan le pidió ver sus bienes raÃces, Rabà Akivá lo condujo al Beit Hamidrash, abrió el Libro de Tehilim y leyó: '"Quien ha esparcido y ha dado a los pobres libremente, su justicia perdura por siempre'(Tehilim 112:9). Asà es como he invertido su dinero".
Rabà Tarjan lo besó y exclamó, "Tu eres mi amo y maestro. Eres más sabio que yo y me has dado una lección en la jorma correcta".
Para demostrar aun más su consentimiento, Rabà Tarjón entregó a Rabà Akivá dinero adicional para donar a los pobres.
En efecto, Rabà Akivá no engañó a Rabà Tarfón cuando describió el hecho de dar tzedaká como una 'inversión en bienes raÃces'. Cuando una persona datzedaká en este mundo, invierte en un hogar para su alma en el Mundo por Venir.
Rambam escribe: "Nunca vimos a diez judÃos residiendo en el mismo lugar que no hayan establecido un fondo de caridad.
Nosotros, el pueblo judÃo, debemos asegurar el cumplimiento de la mitzvá detzedaká de una forma superior pues nos caracteriza como la semilla justa de Abraham, de quien D-s declaró: 'Porque Yo sé que ordenará a su hijos y a su familias a dar tzedaká'".
¡Cuanta gratitud y alabanza le debe una persona al Creador por permitirle estar entre los que dan caridad a otros!
No hay comentarios:
Publicar un comentario