SALIDA DE TISHA BEAB - DIEZ DE AB
Tras la puesta del sol en la salida de Tisha Beab, unos veinte minutos aprox. está permitido comer y beber; se acostumbra recitar la bendición de la luna –bircat halebana- la salida de Tisha Beab, y es bueno probar algo antes de pronunciar esta bendición. Hay quienes acostumbran calzarse y lavarse la cara antes de recitar bircat halebana (y aún cuando algunos sostienen que no se debe recitar bircat halebana a la salida de Tisha Beab, nuestro maestro Rabà Ovadia Yosef, z”l, sostienen que sà se debe recitar)
Algunos realizan una netilat yadaim –lavado de manos- con la salida de Tisha Beab, pues durante el dÃa no se lavaron totalmente las manos sino hasta los nudillos, y se trata de una buena costumbre.
Dice el Talmud (Ta´anit 29b) El siete de ab los romanos ingresaron al santuario y el nueve al atardecer comenzaron a quemarlo y continuó ardiendo todo el dÃa siguiente, o sea hasta el diez de ab. Por ello, Rabà Yohanan afirma en el citado párrafo del Talmud que de haber vivido en aquella generación hubiese establecido el ayuno el diez de ab, sin embargo los sabios que lo instituyeron el nueve sostienen que el comienzo de la tragedia es determinante.
El Talmud Yerushalmi cita que Rabà Abun ayunaba el nueve y el diez de ab. Y agrega que los sabios no instituyeron dos dÃas de ayuno pues se trata de algo que la gente no hubiese asumido. Aún asÃ, el diez de Ab es considerado un dÃa de duelo y por ello se acostumbra a no comer carne hasta la puesta del sol de este dÃa. Los ashkenazim prohÃben sólo hasta el mediodÃa.
Los sefaradim pueden afeitarse o cortarse el cabello y lavar la ropa inmediatamente con la salida de Tisha Beab, sin embargo los ashkenazim continúan la prohibición hasta diez de abcon la caÃda del sol.
El Talmud (Ta´anit 30b) afirma que la persona que come o bebe el dÃa de Tisha Beab no ameritará ver la redención de Jerusalén, y quien asume el duelo por Jerusalén tiene el mérito de ver su redención, como está dicho: Alegraos con Jerusalén y complaceos todos sus amados, se alegrarán con dicha quienes se enlutaron por ella. Explica nuestro maestro Rabà Ovadiá Yosef, Shlit”a, que el citado Talmud se expresa en presente “tiene el mérito” cuando hubiese sido más apropiado expresarse en futuro “tendrá el mérito…” pues naturalmente los muertos son olvidados tras doce meses, ya que trascurrido este lapso el pesar se debilita. Sin embargo, sobre el patriarca Ya´acob está escrito que “se levantaron todos sus hijos e hijas para consolarlo, más no recibÃa consuelo”, pues la aflicción y el dolor no desaparecen cuando la persona no murió realmente, y Yosef, su hijo de hecho no habÃa muerto. Lo mismo sucede con el sagrado Templo de Jerusalén, aún cuando transcurrieron muchos años de su destrucción no lo olvidamos pues el Templo superior, el que se halla en las alturas todavÃa existe, como está escrito: Santuario, Oh D-os, prepararon Tus manos, y el tercer Templo, que prontamente sea reconstruido, bajará ya construido desde los cielos. Y quien se enluta por la destrucción de Jerusalén es esto un sÃntoma de que “amerita ver la reconstrucción” pues al enlutarse por Jerusalén está demostrando su fe en que el santuario todavÃa existe entre nosotros y por lo tanto ameritará ver su reconstrucción. Y ya afirmaron nuestros sabios en el Midrash que el Mashiaj desce?diente del rey David nació en Tisha Beab.
El Eterno nos conceda el privilegio de presenciar Su retorno a Tzion y la reconstrucción del sagrado Templo, Amen.
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