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FRAUDE VERBAL



Estudiamos en el Talmud (Baba Metzia 58ª) que así como existe la prohibición de embaucar o engañar en las transacciones comerciales, asimismo está prohibido engañar o agraviar verbalmente "honaat debarim"(haciendo sufrir o molestando con palabras), como está escrito: Y no embaucarán hombre a su compañero, y temerás al Eterno (Vaikra 25). 

Es más grave la honaat debarim que la honaa comercial, pues en el caso de un engaño o fraude comercial es posible restituir lo sustraído o el monto que obtuvo ilegalmente, sin embargo en el caso de la honaat debarim no es posible resarcir el daño emocional que le causó al otro. El Talmud arriba citado agrega que: Aún cuando todos los portones celestiales (por los que ingresan las plegarias ante el Creador) se han cerrado, los portones de la "honaa" no se cierran. Pues aquel que clama por el sufrimiento que el otro le causó, D-os oye su clamor. 

Agrega el Talmud (Ib.) que es necesario ser sumamente cuidadoso con lahonaa al converso, pues fuimos advertidos en varias ocasiones en la Torá sobre ello. Por lo tanto está prohibido recriminarle al converso que desea estudiar Torá, ¿cómo es posible que la boca que ha consumido todo tipo de alimentos prohibidos, ahora pronuncie palabras sagradas de Tora? Pues este tipo de comentarios agravian profundamente al otro y le provocan un severo daño emocional, lo cual por supuesto se considera"honaat debarim".

Por supuesto el hombre debe esmerarse en evitar la coacción o apremio verbal con su esposa, pues siendo que la mujer es propensa al llanto, la posibilidad de cometer honaat debarim con ella es mucho mayor. Significa, que teniendo en cuenta que se transgrede esta prohibición al causar al otro cualquier tipo de daño emocional o sufrimiento, y la mujer por su naturaleza es más sensible que el hombre, es mucho más probable ocasionarle un sufrimiento o afectarla emocionalmente, lo cual constituirá un grave pecado para el hombre. Así lo legislan el Tur y el Shuljan Aruj. 

Es sabido que el sufrimiento que afecta a la mujer genera graves consecuencias, aún cuando el mismo es involuntario. Relata el Talmud (Quetubot 62ª) que Rab Rehumi estudiaba Torá con su maestro Raba,quien poseía su casa de estudio en la ciudad de Mehoza (alejada de la casa de Rab Rehumi) por lo que el alumno retornaba a su casa una vez por año, la víspera de Quipur (una práctica habitual en aquellas épocas entre alumnos jóvenes). En cierta ocasión, debido a su concentración en el estudio se retrasó, por lo que no pudo llegar a su casa. Su esposa lo esperaba impacientemente, pues lo extrañaba y deseaba volver a verlo. Finalmente, al perder las esperanzas de reencontrarse con su esposo, su aflicción la hizo verter una lágrima. Su esposo, en ese momento, ocupaba un sitial muy alto, sin embargo debido al sufrimiento que le causó a su esposa cayó muerto. Aprendemos de esto la trascendencia que posee una lágrima que origina el sufrimiento (especialmente en el caso de Rab Rehumi, ya que el Eterno es sumamente escrupuloso con los hombres piadosos). 

El Talmud (Ib. 59) dice Rab Halabo: El hombre debe esmerarse en honrar a su esposa, pues la bendición en la casa del hombre depende de su mujer, como está dicho:((Bereshit 12) Y Abraham fue beneficiado por causa de ella (Sara, su esposa). Y les decía Raba a los habitantes deMehuza: Honrad a vuestras mujeres, pues así os enriqueceréis.

En las próximas entregas, con la ayuda de D-os, desarrollaremos varios aspectos actuales de esta legislación.

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