Divrei Emmanuel por el Rabino Rigoberto Emmanuel Viñas
"Y crearan para mà un santuario y
moraré entre ellos "(Éxodo 25:8)
En la parashá de esta semana Moisés es instruido por Dios a crear el
tabernáculo que servirÃa como santuario de viaje, un lugar de oración y
ofrendas a Dios. El Midrash nos dice que cuando Dios dijo estas palabras:
"Voy a vivir entre ellos," Moisés se estremeció y le preguntó:
"¿Cómo puede un mortal crear una casa para Dios, pues su presencia es
ilimitada? Incluso los cielos no te pueden contener".
El Midrash nos dice que Dios le respondió
que no le estaba pidiendo al humano que cree un hogar basado en la capacidad
divina si no, Él les pedÃa que construyeran esa casa basado en la capacidad
humana que Él entendÃa es limitada. El Midrash utiliza el término "lefi
kahem", según su propia capacidad y no la de otra persona.
A primera vista encontré esta respuesta un
poco extraña. Me parece que la pregunta de Moisés era más amplia que la
respuesta del Midrash. Parece una pregunta: ¿Cómo pueden los seres humanos con
sus limitaciones crear una casa lo suficientemente grande para Dios que no
tiene ninguna limitación? O más aún, ¿Cómo podemos crear algo tan espectacular
para servir como la casa de Dios en la tierra? El Midrash a continuación,
ofrece la respuesta que Dios entiende nuestras limitaciones, pero quiere que
hagamos lo mejor que podamos dentro de nuestras limitaciones para servirle.
Pero si nos fijamos en la pregunta de
Moisés un poco más profundamente, nos damos cuenta tal vez que su pregunta es
otra. Moisés no está preguntando cómo hacer una casa para Dios, es si es
apropiado crear una casa o una estructura fÃsica que representa a un Dios sin
lÃmites. El concepto de la Torá es que Dios no tiene forma fÃsica, que su
presencia se siente y se encuentra en todos los lugares. ¿Por qué construir una
sinagoga en absoluto? ¿Por qué crear una estructura que parece limitar o
contener la presencia de Dios en un lugar o en un momento determinado? ¿Qué
podrÃa eso cumplir? La presencia de Dios llena todo el mundo – ¿cómo podrÃa una
casa fÃsica servir a educar a la humanidad y presentarles al Dios sin lÃmite
cuando esa institución es limitada? Ahora, la respuesta se hace mucho más clara
y más profunda también.
Dios no está pidiendo que los seres humanos
creen un lugar que se convierte en el único lugar donde se siente la presencia
de Dios. Él nos anima a tomar nuestros talentos y usarlos para crear un lugar
donde podamos "recargar nuestras baterÃas espirituales" en la
presencia de Dios para que podamos sentir su presencia por todas partes.
"Voy a habitar entre ellos" significa que se sientan conmigo a
dondequiera que vayan. Cada parte de su vida mundana se llenará con mi
presencia. ¿Por qué? Porque se han llevado sus talentos individuales,
invertidos en crear y mantener el templo (Tabernáculo) y se siente la presencia
de Dios allà y luego por haber creado y entrado al tabernáculo son capaz de
sentir esa misma presencia dondequiera que vayan. Esta fue una invitación para
crear un centro de poder espiritual para los seres humanos para que puedan ser
recargadas allà con la presencia de Dios.
La intención o misión de las sinagogas de
hoy deberÃa de ser crear una experiencia similar. Cuanto más la congregación
invierte tiempo, energÃa emocional, y los recursos financieros los más que
sienten la presencia de Dios en el mismo. Cuanto más la sinagoga se convierte
en su sinagoga, más se siente la presencia de Dios en sus paredes. Cuanto más
se comprometan con este y aprecien y la apoyen financieramente lo más que se
siente la presencia de Dios cuando está "en el mundo." Cuanto más se
siente la presencia de Dios en su interior lo más que uno siente la presencia
cuando uno sale de esa sinagoga al mundo y a la vida diaria.
Por eso Dios querÃa crear un tabernáculo.
Era un lugar para nosotros para hacer una inversión en nuestra relación con
Dios, cuya rentabilidad no era para Dios, sino para el inversor. Dios no
necesitaba la casa éramos nosotros que necesitábamos la casa para allà tomar
inspiración y desde allà expandir nuestra habilidad de sentir la presencia
divina en la vida común.
Esto es cierto de todos los preceptos. No
se nos ordena hacer como un favor a Dios. Más bien Dios nos está diciendo qué
hacer para nuestro propio bien porque está buscando formas que nos bendigan con
una buena vida llena de la presencia de Dios. Que seamos bendecidos de ver y
sentir esto todos los dÃas de nuestra vida. Que nuestro shul o esnoga sea un
lugar para recargar nuestras baterÃas espirituales con la energÃa positiva para
que podamos reactivar nuestra vida con propósito y significado profundo.
Al renovar nuestro compromiso con la
sinagoga y hacerla aún más bella cada dÃa y darle gran significado a nuestras
experiencias con ella nos inspire cada dÃa aún más a sentir la presencia divina
en todos nuestros caminos y en cada lugar que nos encontramos. AMEN
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