“Yo soy el impuro”
“En cuanto al
afligido con tzarat (“leproso”) que tenga la infección, sus vestidos estarán
rasgados, el cabello de su cabeza estará descubierto, se cubrirá el bozo y
gritará: ¡Inmundo, inmundo!” (Lev. 13:45)
El tema central
de la lectura de la Torá de esta semana es sobre una enfermedad llamada “tzarat.”
Esta enfermedad de la piel que ocurrÃa durante los tiempos bÃblicos y está
descrita como manchas blancas o levantadas o profundas que únicamente el cohen
sacerdote podÃa diagnosticar. En muchas traducciones de la Biblia, mal
traducida comúnmente, como lepra pero de acuerdo a los sabios nos es la
traducción correcta. El “tzarat” era una enfermedad espiritual
manifestada en el cuerpo con origen espiritual y tratamiento espiritual.
Cuando la persona
se sospechaba que tenÃa la enfermedad no llamaba al doctor, llamaba al
cohen/sacerdote para que lo diagnosticara. Después de una serie de exámenes
conducidos bajo las estructuras de la halajá y no de la medicina, si el cohen
confirmaba que era “tzarat” la persona era declarada “tamei”
impura y era puesto en cuarentena por siete dÃas fuera de contacto con la
sociedad.
De acuerdo a
nuestros sabios (Jazal), Tzorat era el resultado de hablar ‘Lashon
Harah’ (chisme o calumnia) contra otros. Un ejemplo de eso se encuentra en
la Torá cuando Miriam y Aharon calumniaron contra Moisés al criticarlo por
haberse casado con una mujer de Cush (negra). En ese instante Miriam fue
afligida con ‘tzarat’ y fue puesta en cuarentena por siete dÃas afuera
del campamento de Israel. También vemos que Moisés fue afligido con ‘tzarat’
como señal milagrosa al mismo tiempo que su bara fue transformada en serpiente
en el encuentro con el Divino en la zarza de fuego. Dios le dijo que colocara
su mano derecha pegada al pecho y se llenó de tzarat y luego al hacer lo
mismo se sanó. Esto era la señal para el pueblo judÃo que su misión era divina.
La serpiente era una señal para faraón pero el tzarat era para el pueblo judÃo.
Rashi explica allà que esa señal fue escogida por qué Moisés habÃa hablado
lashón hará cuando le expresó a Dios su duda que el pueblo creyera en él y su
misión.
Durante los dÃas
de separación de la sociedad, la Torá en el versÃculo citado al comienzo, nos
dice que el afligido tenÃa que avisarle a todos los que se acercaban a él
gritando “soy impuro (tamei), yo soy impuro.” (Vetamei tamei yikra).
De acuerdo al ‘Shelah
Hakadosh’ Rabbi Isaiah Horowitz (1565 – 1630) un gran cabalista de Praga y
luego de Tzfat Israel, el Pasuk se puede leer de otra manera que explica por
qué fue afligido en primer lugar. Él pone una pausa después del primer “tamei.”
Con esa pausa el verso literalmente dice, y el impuro llamará a los demás
impuro.
Él explica que la
motivación para el Lashón Hará viene de adentro de la persona que la dijo. Como
la persona que se acostumbra hablar lashón hará se siente tan insegura o mal
por sus faltas ellas acusan a los demás de las faltas que ellos tienen. Muchas
veces esto viene para tapar las faltas que ellos no han podido corregir dentro
de ellos mismos. Al poner la atención en otros, piensan que nadie podrÃa
notar las faltas que son tan obvias para ellos. A veces al demostrar que otros
son impuros el plan es de minimizar las impurezas suyas; como todos son impuros
la impureza de ellos no es tan importante en comparación con la de los demás. La
motivación de ‘lashón hará’ declarando las faltas de los demás se basa en las
faltas de él mismo – el impuro declara a los demás impuros.
Por esa razón, su
sanación viene de su declaración cuando está en cuarentena al declararle al público
“yo soy el impuro – yo soy el impuro.” Lo que estaba debajo de la
superficie que él querÃa tapar ahora salió y fue revelado. Al estar solo,
tendrá que confrontar sus debilidades en lugar de ignorarlas y al concentrarse
en los demás tiene que confrontarse el mismo. La sanación de la sociedad no es
encontrar faltas en los demás y decir ‘no somos tan malos como ellos’ sino
confrontar nuestras debilidades personales y mejorarnos nosotros mismos y vivir
de acuerdo a su potencial.
Shabbat Shalom de
parte de Rabà Rigoberto Emmanuel Viñas y La Rabanit Sandra Viñas
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