Desde la yeshiva Heijal Eliahu
De: Tora.org.ar
Extraido de El Midrash Dice. Edit. Bnei Sholem
La hospitalidad de Abraham y Sara
Abraham hizo que el objetivo de su vida fuera lograr la perfección en su amor por Hashem y en atraer a otros para servir al Creador. Itzjak y Iaakov siguieron sus pasos. Entonces no es para sorprenderse que Hashem eligiera ser llamadoElokei Abraham, Elokei Itzjak ve’Elokei Iaakov - D-s de Abraham, D-s de Itzjak y D-s de Iaakov. Las mentes de nuestros patriarcas estaban constantemente concentradas en Hashem y sus vidas giraban alrededor de Su voluntad. Aun al realizar sus actividades cotidianas y sus labores, los hacÃan en forma mecánica mientras que sus pensamientos no se apartaban de Hashem ni por un momento. Abraham, quien fue bendecido con gran fortuna, utilizó esta fortuna para engrandecer el nombre de Hashem en el mundo.
Abraham una vez preguntó a Shem, hijo de Noaj -Dime, ¿por qué mérito Hashem te mantuvo con vida en el arca?
-Sobrevivimos gracias a nuestra caridad- contestó Shem.
-¿Qué significa eso? No habÃa gente humilde contigo en el arca- dijo Abraham.
-Me refiero a nuestra caridad hacia los animales- explicó Shem. -Estuvimos despiertos noches enteras alimentándolos.
-Si es asÃ- razonó Abraham -¡cuánto más importante es sustentar a seres humanos!
A este fin, Abraham plantó un hermoso huerto en Be’er Sheva. Su tienda fue construida con cuatro entradas que estaban constantemente abiertas para atraer los invitados de todas partes, cualquier viajante cansado era bienvenido con hospedaje y abundantes refrescos. Muy pronto se difundió la noticia que un hombre maravilloso habÃa abierto un hotel gratis para todos en el desierto.Los invitados llegaban de lejos y de cerca, disfrutaban de la comida, agradecÃan a su anfitrión y se levantaban e iban.
-Debeis recitar la bendición para después de la comida- les solicitó Abraham. -Decid, Bendito seas Amo del Universo de cuya generosidad hemos comido.
-No queremos recitar la bendición- se quejaban los invitados ¿Quién es el Amo del Universo?
-Hagan como les parece bien, pero en ese caso me deben pagar por la comida- dijo Abraham.
-¿Cuánto cuesta?- preguntaron los invitados.
-Una botella de vino, diez monedas de oro. Un pedazo de carne- diez monedas de oro. Un panecillo -diez monedas de oro- fue la respuesta.
-Eso es demasiado caro- exclamaban los peregrinos.
-Por favor expliquenme- discutió Abraham -¿cuál es el precio del pan en medio del desierto? ¿Dónde más pueden obtener vino o carne en esta región estéril?
-Tiene razón- aceptaron. -¿Quién era el Amo a quien debemos agradecer? Digamos la bendición.
Asà Abraham, mediante su hospitalidad y enseñanzas, atrajo a miles de personas al servicio de Hashem. Su esposa Sara era igualmente devota a la difusión de la verdad en el mundo enseñando a mujeres.
Mientras Sara vivÃa, las puertas de la tienda estaban siempre abiertas. Por su mérito, la nube de la shejiná se posaba sobre la tienda, la vela que encendÃa Erev Shabat nunca se extinguia y la comida en el hogar estaba bendecida por la abundancia.
* * * *
La maldad de las cinco ciudades: S-dom, Amorá, Adma, Tzvoim y TzoarDespués de cumplir con la misión de informar a Sara del futuro nacimineto de Itzjak, el ángel Mijael dejó a sus dos compañeros y se volvió al Cielo. Refael y Gabriel siguieron viaje hacia S-dom. Gabriel fue ordenado destruir Sodoma y sus pueblos vecinos, mientras que la misión de Refael era la de salvar a Lot de las ruinas.
¿Por qué razón Hashem decretó el aniquilamiento de S-dom?
La Torá dice: "Mas los hombres de S-dom eran malos y pecadores para Hashem, en demasÃa" (Bereshit 13:13). Lo mismo se referÃa a los pueblos vecinos a S-dom - Amorá, Adma, Tzvoim y Tzoar. S-dom fue individualizada porque era la capital del distrito.
Los habitantes de estas ciudades eran asesinos y adúlteros, quienes se rebelaban a sabiendas contra Hashem. Sus actos eran similares a aquellos de la generación anterior al Diluvio.
¿Qué causó que los habitantes de S-dom fueran corruptos?
La gente de S-dom era la más rica del mundo pues la tierra de esa zona era extremadamente fértil. Más aún, poseÃa recursos naturales de oro, plata y piedras preciosas. Cuando un sodomita enviaba a su sirviente al patio trasero para arrancar una verdura, éste encontraba oro en la tierra. El resultado de la abundancia de la que gozaba la población de S-dom no incrementaba su gratitud hacia Hashem - sino todo lo contrario - confiaban en sus riquezas y despreciaban la autoridad de Hashem.
Con el temor egoÃsta de que su riqueza serÃa reducida, no permitÃan el ingreso a extranjeros al paÃs. Vigilaban sus posesiones tan celosamente que todos los árboles que crecÃan en los lugares públicos eran podados para quitar los frutos y que los pájaros no se beneficiaran de los mismos.
La constitución sodomita incluÃa las siguientes leyes:
1. Cualquier extranjero que se encuentre en el vencindario podrá ser despojado de su dinero y maltratado.
2. La obligación de un juez sodomita es la de asegurarse que todo viajero deje el paÃs sin dinero.
3. Si alguien fuese encontrado entregando comida a un pobre o extranjero serÃa condenado a muerte.
4. Si alguien invitara a extraños a un casamiento serÃa castigado despojándole sus ropas del cuerpo.
Una vez Eliezer, el sirviente de Abraham pasó por S-dom. Mientras caminaba por las calles, fue atacado y golpeado hasta sangrar por un sodomita.
Eliezer fue directamente al juez para exigir justicia.
-¿Qué pasó?- preguntó el juez.
-Este hombre me hirió- se quejó Eliezer.
-Este es un caso bien definido. Páguele a este hombre por haberle extraÃdo su sangre- decidió el juez.
Eliezer no dudo. Tomó una vara y golpeó al juez hasta que sangró. Luego le dijo al juez - Ahora usted me debe dinero a mà por haberle extraÃdo su sangre. En lugar de pagarmelo, págueselo al otro individuo directamente.
Cuando cayó la noche, los sodomitas invitaron a Eliezer a descansar en una cama para huéspedes. Los sodomitas tenÃan camas especiales para huéspedes. En medio de la noche, mientras el huésped dormÃa, venÃan con un cuchillo, si la altura del huésped era mas larga que la cama, le cortaban los pies y si era más corta que la cama, les estiraban las extremidades. -Aproveche nuestra oferta de alojarse en nuestra camas para huéspedes- le imploraron a Eliezer. Eliezer no aceptó.
-Lo siento, no puedo aceptar su invitación- contestó. -Desde que murió mi pobre madre prometà no volverme a acostar nunca más en ninguna cama.
Eliezer no habÃa probado ningún bocado en todo el dÃa porque se negaban a venderle comida. Ese dÃa habÃa un casamiento en S-dom, Eliezer siguió a la multitud y se sentó al final de una mesa. La ley decÃa que quien invitara a un extranjero a un casamiento serÃa despojado de su vestimenta. La gente se dio cuenta de la presencia del extraño y le preguntó -¿Quién lo invitó a usted a este casamiento?
-El señor de allÃ- contestó Eliezer, señalando a su vecino. El vecino se escapó rápidamente, temeroso que le creyeran a Eliezer y de perder toda su vestimenta. Eliezer se cambiaba de lugar y cuando le preguntaban otra vez quien lo habÃa invitado, señaló a su nuevo vecino. Repitió este juego hasta que todos a su alrededor abandonaron sus asientos y el lugar quedó desierto. Eliezer se sentó cómodamente y consumió la comida solo.
El pueblo de S-dom tenÃan turnos para que pastara el ganado de todos los habitantes de la ciudad, conforme a una regla: -Quien poseyera un buey deberá vigilar los animales de todos por un dÃa. Quien no tuviera ningún buey deberá vigilar los animales de todos durante dos dÃas". Si un residente de S-dom construyera una pila de ladrillos para marcar una señal en el camino, al poco tiempo se encontrarÃa que todos desaparecieron porque cada uno del pueblo se habÃa llevado uno hasta que no quedara ninguno. De la misma forma, si alguien desparramaba cebollas y ajo para secar, pronto no quedaba nada porque cada uno del pueblo se arrebataba "sólamente" uno.
Una vez un hombre de Eilam salió de viaje. Salió con su burro y ató sobre su lomo una alfombra cara y colorida.
A la caÃda del sol, pasó por S-dom y buscó alojamiento por esa noche, pero nadie lo hacÃa pasar.
Finalmente un hábil y malvado sodomita llamado Jedor se le acercó y le preguntó quien era.
-Vengo de Jevron y voy camino a mi casa en Eilam. Como el sol se puso, debo pasar la noche en esta ciudad, pero nadie me invita a pasar. Tengo comida para mà y mi burro. Lo único que necesito es un lugar para dormir.
-Venga a mi casa- dijo Jedor -Lo invito a comer también.
El huésped entró, le entregó a Jedor su alfombra de valor para que se la guardara y alimentó a su burro.
Al dÃa siguiente, el huésped querÃa retirarse, pero Jedor le insistió para que se quedara otro dÃa más. Aceptó, comió más comidas y se alojó allà otra noche más.
Al dÃa siguiente, cuando expresó su deseo de partir, Jedor nuevamente insistió para que se quedara.
Al tercer dÃa, el huésped insistió que debÃa partir.
-Entrégueme la alfombra y la soga para atarla al burro y déjeme partir- le dijo a Jedor.
-¿A qué se refiere?- preguntó Jedor.
-Me refiero a la alfombra colorida que le entregué para que guardara cuando llegué.
-Entonces ésta es la interpretación de su sueño- contestó Jedor. La soga a la que se refiere significa que vivirá una vida larga en la tierra, tan larga como la soga. La alfombra multicolor es el viñedo del cual será propietario y donde plantará todo tipo de árboles.
-Yo no estaba soñando cuando le entregué la soga y la alfombra- exclamó el huésped. -Estaba despierto.
-¿De qué se queja?- contestó Jedor. -¿Acaso no le dà una interpretación favorable? En realidad, me debe cuatro piezas de oro por mi brillante explicación, pero solo le pediré tres.
El hombre gritó y pataleó diciendo: -¡Vayamos al juez!
Se presentaron ante el juez sodomita y Jedor relató que su huésped habÃa tenido un sueño mientras que el hombre alegaba que habÃa estado despierto.
El juez dictaminó: Jedor es famoso en este pueblo por su gran habilidad para interpretar sueños.
-Pero yo le entregué la soga y la alfombra por el dÃa- insistió el huésped.
-No es verdad- contradijo Jedor. Tú me debes cuatro piezas deoro por mi interpretación mas el precio total de las comidas que consumiste en mi casa. Cuando el huésped protestó, el juez ordenó expulsar al extraño. Todos los habitantes de S-dom se congregaron, le gritaron y lo echaron de la ciudad mientras éste lloraba amargamente.
La hija de Lot, P-lotit estaba casada con un eminente sodomita. Una vez notó la presencia de un mendigo hambriento en las calles de la ciudad y tuvo lástima de él. Escondió algo de pan en un cántaro con el que solÃa ir a la fuente a buscar agua. Camino a la fuente, le entregarÃa la comida al mendigo en secreto. La gente de S-dom preguntó -¿Cómo puede ser que este pobre aún permanece con vida? Alguien debe estar manteniéndolo. Vigilaron al mendigo y descubrieron que la hija de Lot le entregaba pan en secreto. La ley ordenaba que si alguien ayudaba con comida a un pobre fuera quemado.
La joven gritó -Amo del Universo, mirá lo que me estan por hacer y castiga al pueblo de S-dom.
Su llanto llegó hasta el Trono Celestial.
Hashem dijo -"Descenderé para juzgar sus actos. Merecen la destrucción por el crimen cometido contra la joven". Hashem y un Beit Din de setenta y un ángeles descendieron para juzgar a la ciudad y la condenaron a la destrucción.
La caÃda de S-dom no ocurrió de repente sin previo aviso. Veinticinco años antes de su aniquilación, Hashem provocó terremotos y temblores en la región a fin de despertar la teshuvá entre sus habitantes, pero ellos hicieron caso omiso a las advertencias Divinas.
* * * *
El propósito de Abraham al celebrar el dÃa en que Itzjak dejo de ser amamantado fue para santificar el Nombre de Hashem en público. Todos los presentes podÃan testificar el hecho que Sara aún seguÃa bendecida con tanta abundancia de leche que podÃa seguir amamantando a Itzjak. Era evidente que no lo destetó por falta de leche, sino porque estaba crecido. Consecuentemente, todos los invitados creyeron en el milagro del rejuvenecimiento de Sara y se dieron cuenta que Hashem habÃa cumplido con Su promesa hacia Abraham.
Los invitados comentaron al gigante Og -¿Acaso no decÃas repetidamente que Abraham era una mula estéril sin hijos? Mira, ahora tiene un hijo varon.
-¿Ese pequeño bebe allÃ?- preguntó Og en forma despectiva - Yo podrÃa aplastarlo con mi dedo pequeño.
Hashem dijo -"Te prometo a ti, Og, que vivirás para ver a decenas de miles de descendientes del hijo de Abraham. Y finalmente, caerás en sus manos".
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