De:tora.org.ar
Del midrash dice
Desde la Yeshiva Heijal Eliahu
La muerte de Sara
Abraham volviĂ³ de Har Hamoria exaltado, dispuesto a comunicarle a Sara las maravillosas noticias acerca de cĂ³mo Itzjak habĂa sido atado al altar para ser sacrificado y luego salvado por la palabra de Hashem.¡Pero! jamĂ¡s podrĂa contarle esto a su esposa. Cuando llegĂ³ a Be’er Sheva, escuchĂ³ que Sara fue hacia JevrĂ³n en su busca. Abraham viajĂ³ a JevrĂ³n y encontrĂ³ a Sara muerta. Su regocijo se transformĂ³ en duelo.
Una vez, uno de los hombres importantes de la ciudad de Kabul invitĂ³ a los Sabios al banquete de boda de su hijo. Durante la comida, el padre notĂ³ que las botellas de vino en la mesa estaban vacias y le pidiĂ³ al novio que buscara un nuevo barril de los cuartos de arriba. El hijo subiĂ³ las escaleras y cuando ingresĂ³ al cuarto, una serpiente se deslizĂ³ entre los barriles y lo mordiĂ³. CayĂ³ muerto. El padre esperĂ³ un largo rato que su hijo regresara y como no volvĂa al banquete, subiĂ³ Ă©l mismo al Ă¡tico. EncontrĂ³ al joven tirado entre los barriles, su cuerpo inmĂ³vil. El padre volviĂ³ a la comida silenciosamente sin revelar a nadie lo que habĂa ocurrido. Cuando terminĂ³ la comida y los invitados querĂan recitar el birkat hamazĂ³n (BendiciĂ³n para despuĂ©s de la comida), el padre se puso de pie y anunciĂ³ - No han venido aquĂ para recitar las bendiciones por los novios, sino para recitar conmigo la bendiciĂ³n por duelo. No han venido aquĂ para celebrar su matrimonio, sino para acompañarlo hasta su tumba.
No hay felicidad perfecta en este mundo, pues el regocijo puede repentinamente transformarse en tragedia. Hashem dijo - "Ni siquiera a Abraham le he concedido la felicidad completa." Fue bendecido con un hijo a la edad de cien años y sin embargo, estuvo dispuesto al sacrificio de Itzjak con felicidad en el corazĂ³n. Luego de dicha difĂcil prueba, volviĂ³ y se encontrĂ³ con su esposa muerta. Si esto es verdad respecto a los tzadikim, es aun mĂ¡s probable que a los malvados no se les concederĂ¡n alegrĂas.
¿QuĂ© ocurriĂ³ con Sara en ausencia de Abraham? El SatĂ¡n, frustrado porque habĂa fallado en obtener la victoria sobre Abraham o Itzjak, se le apareciĂ³ a Sara. -¿DĂ³nde estĂ¡ Itzjak?- le preguntĂ³.
-Se fue con su padre a estudiar las leyes de los sacrificios- contestĂ³ Sara.
-Eso no es verdad, Itzjak mismo es el sacrificio- contradijo el SatĂ¡n.
-No te creo- exclamĂ³ Sara.
Si bien Sara tratĂ³ de no creerle al SatĂ¡n, ella estaba de alguna forma afectada por sus palabras. Por lo tanto, dejĂ³ su casa y se apurĂ³ para ir a la vivienda de Ajiman, Sheishai y Talmai, tres gigantes que vivĂan en JevrĂ³n y les pidiĂ³ -Por favor, miren a la distancia, tan lejos como puedan. ¿Ven en alguna parte a un hombre viejo en compañĂa de su hijo y dos sirvientes? Los gigantes se elevaron a su mĂ¡xima altura y miraron tan lejos como pudieron ver. -Si- contestaron - vemos a un hombre viejo en la cima de una montaña. Su hijo estĂ¡ atado a un altar y el hombre viejo sostiene un cuchillo en su mano. Sara grito seis veces y su alma partiĂ³.
Correspondiendo a los seis gritos de Sara, se nos ordena soplar seis tekiot - sonidos ininterrumpidos del shofar- en Rosh Hashana.
¿Por quĂ© la vida de Sara estuvo destinada a terminar con esta nota trĂ¡gica, inducida por el SatĂ¡n? Tanto Abraham como Sara vivieron sus vidas enteras con un Ăºnico objetivo de servir a Hashem. No hubo un solo momento en sus vidas en el cual no sintieran que estaban en presencia de su Creador. Cuando el Angel de la Muerte se aproximĂ³ a Sara para llevarse su alma, encontrĂ³ su mente morando sobre la shejinĂ¡ (divinidad) con tal intensidad que no pudo concretar su misiĂ³n. Entonces tuvo que idear un plan para shockearla con la verdad acerca de Itzjak y distraer sus pensamientos por un momento. Entonces pudo cumplir con su tarea.
Nuestros Sabios citan un caso similar:
El Rey David estuvo permanentemente inmerso en el estudio de la TorĂ¡. Cuando llegĂ³ su hora, el Angel de la Muerte carecĂa de poder para extraer el alma de su cuerpo por su constante apego a la TorĂ¡. El Ă¡ngel, por lo tanto, recurriĂ³ a un truco. VolĂ³ hacia el jardĂn del palacio y comenzĂ³ a sacudir los Ă¡rboles vigorosamente. El Rey David se despertĂ³ por el sonido y, cuando su mente se alejĂ³ de la TorĂ¡ por un minuto, el Ă¡ngel le arrebatĂ³ su alma.
La pĂ©rdida de Sara enlutĂ³ no solo a Abraham y a su servidumbre sino a todos los habitantes de la tierra de Canaan. Su fallecimiento fue sufrido por todos porque el paĂs habĂa progresado por su mĂ©rito. PasĂ³ cada uno de sus 127 años con la misma rectitud, aceptando todos los decretos de Hashem con alegrĂa. Aun a la edad de cien, estaba tan libre de pecados como alguien a los veinte (que puede considerarse como limpio de pecados porque una persona a los veinte años no estĂ¡ sujeta al castigo Divino). Sara era la primera de nuestras cuatro matriarcas, las fundadoras de la naciĂ³n judĂa. Era una de las siete profetisas conocidas.
Las siete profetisas eran:
- Sara
- Miriam
- Debora
- Jana
- Abigail (la esposa del Rey David)
- Julda (quien profetizĂ³ a las mujeres en los tiempos en que Irmiahu profetizĂ³ a los hombres)
- Ester.
Abraham elogiĂ³ a su gran esposa, diciendo -¿DĂ³nde hay otra mujer como tĂº?
Con la muerte de Sara, la Nube de Gloria sobre la tienda desapareciĂ³, la bendiciĂ³n sobre la masa desapareciĂ³ y la vela que quedaba encendida en la tienda desde un Erev (vĂspera de) Shabat hasta el siguiente se extinguiĂ³. Ella era tan importante que Hashem le hablĂ³ directamente (Bereshit 18:15), mientras que a las otras profetisas Les hablĂ³ a travĂ©s de un mensajero. Ella era una tzadeket de semejante talla que hasta los Ă¡ngeles estaban a sus ordenes. Cuando ella ordenĂ³ al Ă¡ngel - Golpea- castigĂ³ al FaraĂ³n y a su servidumbre con sarna.
Cuando el Rey Shlomo compuso la canciĂ³n de Eshet Jail, describiendo las alabanzas de la Mujer Virtuosa, hacĂa referencia a Sara. Todos los versos en la canciĂ³n de Alef a Tav (primera y Ăºltima letra del alfabeto hebreo) se refieren a ella pues, ella cumpliĂ³ con la TorĂ¡ de Alef a Tav.
* * * *
Abraham ya era un hombre viejo. SabĂa mucho de TorĂ¡, tenĂa un control total sobre su Ietzer harĂ¡ (la inclinaciĂ³n a hacer el mal) y fue bendecido con todas las bendiciones que se le pueden otorgar a un ser humano en este mundo.
Si bien Abraham era viejo, parecĂa joven. Hasta los tiempos de Abraham, la gente no tenĂa señales de vejez en su aspecto. Se veĂan jĂ³venes hasta su muerte. Como Itzjak se parecĂa a su padre, no se los distinguĂa de Abraham. Abraham le dijo a Hashem - Amo del Universo. Si Itzjak y yo entramos a un lugar juntos, la gente no sabe a quien honrar. Si modificas el aspecto del hombre cuando es mayor, la gente sabrĂ¡ a quien honrar.
-EstĂ¡ bien- contestĂ³ Hashem. -Pediste algo bueno. SerĂ¡s el primero en ver tu pedido cumplimentado. Las señales de vejez aparecieron en Abraham.46
Cuatro factores causan el envejecimiento en un hombre:
- El temor
- La irritaciĂ³n de los hijos
- Una esposa mala
- La guerra
Encontramos ejemplos de los cuatro casos en el T’naj:
- David envejeciĂ³ por temor, como dice en: (Divrei Haiamim 21:30) "Estaba aterrorizado de la espada del Ă¡ngel de Hashem" e inmediatamente despues dice: (ibid. 23:1) "y David era viejo".
- Respecto de Eli dice: "Y Eli era muy viejo y escuchĂ³ todo lo que sus hijos hicieron a Israel". (Shmuel 2:22). EnvejeciĂ³ a causa de la irritaciĂ³n que le causaron sus hijos.
- Del Rey ShlomĂ³ se decĂa que sus esposas practicaban la idolatrĂa cuando viejo y Ă©l no protestĂ³ (Melajim 11:4). Sus esposas idĂ³latras causaron el envejecimiento de ShlomĂ³.
- Respecto de Iehoshua dice - "IniciĂ³ guerras contra treinta y un reyes" (Iehoshua 12:24) e inmediatamente despuĂ©s (ibid 13:1),"y Iehoshua era viejo".
Si bien figura respecto de Abraham que era viejo, ninguna de las causas que figuran arriba le son aplicables - Su esposa le tenĂa mucha estima, sus hijos continuaron sus costumbres y Ă©l fue bendecido con muchas riquezas en este mundo. El envejecimiento de Abraham fue una corona de gloria y honor.
DespuĂ©s de la akeidĂ¡, Abraham habĂa decidido buscar una esposa para Itzjak, por lo siguiente: Si Itzjak habrĂa sido sacrificado en Har HamoriĂ¡, hubiera muerto sin hijos. Estaba pensado en casar a Itzjak con una de las hijas justas de Aner, Eshkol o Mamrei, pero Hashem anunciĂ³ a Abraham en Har Hamoria que la compañera de Itzjak habĂa nacido dentro de su misma familia. Abraham no quiso demorar mĂ¡s su plan de encontrar una esposa para Itzjak. Estaba viejo y el fin se le acercaba.LlamĂ³ a su sirviente Eliezer y le dijo - PromĂ©teme por mi brit- milĂ¡ que no tomarĂ¡s una esposa Canaanita para mi hijo Itzjak, ni de las siete naciones que moran en esta tierra, ni siquiera de las hijas justas de Aner, Eshkol o Mamrei. Respecto de todas ellas la TorĂ¡ en el futuro ordenarĂ¡: "Pues destruirlos, habrĂ¡s de destruir" (Devarim 20:17). En su lugar, viaja a JarĂ¡n y busca una esposa para Itzjak de entre mi familia. Es verdad que mis parientes son idĂ³latras, pero son potencialmente sagrados y capaces de hacer teshuvĂ¡ (arrepentimiento).
Cuando Eliezer escuchĂ³ estas palabras, un pensamiento de anhelo entrĂ³ en su mente. ¿Por quĂ© Itzjak no se podrĂa casar con su hija? Es verdad que Eliezer entrĂ³ a la casa de Abraham como un simple esclavo, pero hacĂa ya largo tiempo que habĂa superado su posiciĂ³n de sirviente y adquirido la condiciĂ³n de alumno sobresaliente de Abraham que absorbĂa del manantial de sabidurĂa de Abraham y lo transmitĂa a otros. Eliezer era un gran hombre. Al igual que Abraham sabĂa controlar sus malos impulsos y hasta se le parecĂa en su aspecto por la nobleza de alma que habĂa adquirido. Su hija, una joven justa, podrĂa ser una candidata adecuada para Itzjak.
Eliezer, con la idea que Itzjak podrĂa casarse con su propia hija, presentĂ³ una objeciĂ³n. -¿QuizĂ¡s la joven no quiera seguirme a una tierra tan lejana? Abraham, leyendo sus pensamientos lo corrigiĂ³ - No es como tĂº lo piensas. Tu hija y mi hijo no son una buena pareja. TĂº desciendes de Canaan que fue maldecido, mientras mi hijo ha sido bendecido. Una persona maldecida y una bendecida no pueden unirse.
Eliezer, al servir a Abraham fielmente, superĂ³ su condiciĂ³n de maldecido a la de bendecido. Por lo tanto, pensĂ³ que su hija tambien lo era. Pero Abraham le señalĂ³ que habĂa mal interpretado la situaciĂ³n, pues estaba prejuzgando. En realidad, serĂa mucho mejor para la hija de Eliezer casarse con uno de su clase, pues ella aĂºn pertenecĂa a la categorĂa de los maldecidos, ella misma serĂa infeliz y pasarĂa su vida en pena si se casara con una persona bendita como Itzjak.
-¿QuĂ© pasa si la joven no acepta venir conmigo? ¿SacarĂ© a tu hijo de Eretz Israel, tu pueblo natal?- preguntĂ³ Eliezer.
-No, mi hijo quien fuera elegido para ser sacrificado por Hashem en Har HamoriĂ¡ no abandonarĂ¡ la Tierra Prometida- contestĂ³ Abraham. -Quiera D-s, cuya fama he proclamado en el mundo envĂe Su Ă¡ngel para asistirte en tu misiĂ³n. Sin embargo, si la joven rehusa entrar a Eretz Canaan, quedaras liberado de tu promesa y podrĂ¡s tomar una de las hijas de Aner, Eshkol o Mamrei para mi hijo.
Eliezer prometiĂ³ lealtad a Abraham y se preparĂ³ para su largo viaje a JarĂ¡n, cargando diez camellos con las preciosas pertenencias de su amo. Abraham le entregĂ³ un documento firmado en el que decĂa que todas sus posesiones pertenecĂan a Itzjak. Hashem enviĂ³ dos Ă¡ngeles, cumpliendo con el deseo de Abraham de que enviara un Ă¡ngel para que acompañe a Eliezer. La misiĂ³n de uno de los Ă¡ngeles era la de acompañar a Eliezer y la misiĂ³n del segundo era la de atraer a Rivka hacia el aljibe en el momento justo.
El viaje entre Hebron y JarĂ¡n normalmente dura diecisiete dĂas. CuĂ¡n sorprendido estaba Eliezer cuando se encontrĂ³ en las afueras de Jaran en solo tres horas despuĂ©s de partir. ComprendiĂ³ que Hashem habĂa hecho un milagro al transportarlo tan rĂ¡pidamente por el bien de Itzjak. ProcurĂ³ descanso para los camellos cerca de un aljibe y elevĂ³ sus plegarias a Hashem. - Hashem, D-s de mi amo Abraham, muestra Tu misericordia por mi amo Abraham permitiĂ©ndome cumplir con mi misiĂ³n hoy. Estoy parado junto al aljibe, pronto las jĂ³venes de la ciudad vendrĂ¡n para sacar agua. Permite que la joven a quien le pida de tomar y responda: ‘Toma, yo le darĂ© de tomar a tus camellos tambiĂ©n’, sea la joven que tu has destinado para Itzjak. Eliezer pensĂ³: ‘Una joven, suficientemente amable y caritativa para ofrecerme a mĂ y a los animales de tomar, serĂ¡ compatible con la hospitalidad de la casa de Abraham.
Tres personas desafiaron a Hashem en forma tal que Hashem no lo aprobĂ³.
- El primero fue Eliezer. El pidiĂ³ a Hashem - Y que suceda que la joven a quien yo le diga: ‘Inclina tu jarra para que yo tome’- diga: ‘Toma y le darĂ© de tomar a tus camellos tambien’, serĂ¡ la joven elegida para tu servidor Itzjak.
Eliezer no podĂa estar seguro si aparecerĂa una joven apropiada. QuizĂ¡s una ciega o invĂ¡lida pronuncie las fatĂdicas palabras. Sin embargo, Hashem hizo honor a su pedido y enviĂ³ a Rivka, una esposa apropiada para la casa de Abraham.
- El segundo fue el Rey Shaul. El proclamĂ³ - "Quien someta al gigante Goliat serĂ¡ el yerno del rey". (Shmuel 1:17) Esta declaraciĂ³n implicaba un riesgo, podrĂa aparecer un esclavo o un mamzer, salir victorioso en la batalla y reclamar la mano de la hija de Shaul. Pero Hashem respondiĂ³ airĂ¡damente y permitiĂ³ a David asesinar al gigante y casarse con la hija de Shaul.
- El tercero fue el juez Iftaj. Durante la batalla contra Ammon, Ă©l prometiĂ³: ‘D-s, si vuelvo a casa en paz de los Bnei Ammon, sacrificarĂ© en tu honor quienquiera salga primero de las puertas de mi casa para recibirme". (Shoftim 11:31). Siempre existĂa la posibilidad de que un perro o un cerdo o alguno otro animal impuro saliera. ¿DesearĂa Hashem a uno de ellos de sacrificio? Hashem lo castigĂ³ permitiendo que su hija saliera a recibirlo.
¿Por quĂ© Hashem respondiĂ³ compasĂvamente a los pedidos de Eliezer y Shaul mientras que rechazĂ³ la promesa de Iftaj?
Cuando Eliezer pidiĂ³ a Hashem que envĂe la pareja de Itzjak, la solicitud misma implicaba que la joven debĂa poseer una personalidad bondadosa. De la misma forma, Shaul sabĂa que el hombre que venciera al poderoso Goliat y asĂ trajera la salvaciĂ³n sobre todo K’lal Israel debĂa ser un hombre de grandes mĂ©ritos. La condiciĂ³n impuesta hicieron de su pedido un fundamento vĂ¡lido. Por otra parte, la promesa de Iftaj, era temeraria, hubiera sido mejor si jamĂ¡s la hubiera pronunciado y asĂ, Hashem no la respondiĂ³ con benevolencia.
La tefilĂ¡ de Eliezer fue respondida inmediatamente. AĂºn antes de haberla concluido, Rivka saliĂ³ de su casa.
Se mencionan tres personas cuyas tefilot fueron respondidas inmediatamente:
- Antes de que Eliezer terminara de rezar, Rivka saliĂ³ (24:15).
- Moshe rezĂ³ a Hashem que castigara a Koraj y sus seguidores. Tan pronto como terminĂ³ su pedido a Hashem, la tierra abriĂ³ su boca y se los tragĂ³ vivos (Bamidbar 16:31).
- Shlomo rezĂ³ a Hashem en la inauguraciĂ³n del Beit Hamikdash y un fuego bajĂ³ del Cielo (Divrei Haiamim 27:1).
En efecto, Hashem no solo contestĂ³ las tefilot de los tres tzadikim que anteceden al instante, sino que las plegarias de todos los tzadikim son inmediatamente aceptadas por El.
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