PLEGARIA SIN RESPUESTA
Pregunta:
Hace varios meses, cuando enfermó nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef,
z"l prácticamente todo el pueblo de Israel elevó sus plegaria por su
pronta recuperación, aún así nuestro maestro falleció, es posible que
tantas oraciones hayan sido en vano?
Respuesta: Todas
las plegarias del pueblo de Israel poseen un valor incalculable, y de
hecho son sumamente preciadas por el Todopoderoso que no desecha ni
desestima ninguna plegaria de un boca judía.
Aun así, en
apariencia hay plegarias que no son aceptadas, como lo expresó nuestro
maestro meses antes del fallecimiento de su hijo primogénito Rabí Yaacob
Yosef z"l utilizando el versículo de Meguilat Eja "Sacota beanan meabor laj tefilá" -Interrumpe
una nube que no permite que ingrese la plegaria-. Como si en algunos
casos existe algo que obstaculiza la plegaria y no le permite llegar al
trono celestial. Asi dice el Midrash en nombre de Rabi Shemuel ben
Najmani, los pórticos celestiales de las plegarias, no siempre se hallan
abiertos, pero los pórticos de la Teshuba -retorno a D-os- si están
permanentemente abiertos. Desconocemos las consideraciones celestiales y
no podemos comprender el alcance que posee una plegaria y el momento en
que esta tendrá efecto.
Especialmente esto aplica cuando se
reza por una persona enferma, en estado crítico o muy anciana cuya
curación se consideraría un milagro y, como enseña el Talmud (Yebamot
121) no se ruega por milagros. Por ello en general, cuando se ora por un
anciano enfermo se pide un milagro y estas oraciones no son aceptadas,
pues tras haberse decretado la muerte en el mundo nadie puede huir de
ella, sólo nuestras buenas acciones apurarán la llegada del Mashiaj y
así desaparecerá la muerte del mundo.
De todas formas, en
relación a la desaparición física de nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef,
z"l, fue un hecho realmente excepcional, ya que cientos de miles de
personas elevaron sus plegarias y realizaron todo tipo de compromisos
para que D-os le enviara recuperación, y aún así el atributo de la
justicia divina decidió llevárselo a su morada celestial.
Recuerda
esto lo que narra el Talmud (Quetubot 103) con respecto a la muerte de
Rabí Yehuda Hanasí, el famoso Rabenu Hakadosh -el santo- compilador de
la Mishna. Estando Rabí Yehuda Hanasí agonizando en su lecho de muerte,
todo el pueblo elevaba sus plegarias y derramaban lágrimas amargas por
la recuperación de aquel que era considerado un gran maestro y hombre
santo. Sin embargo, Rabí Yehuda postrado en su cama sufría dolores y su
alma no abandonaba su cuerpo por la fuerza de las plegarias que antepuso
todo el pueblo de Israel para que no falleciera. La mujer de servicio
de su casa, al ver esta situación tomo un objeto de vidrio y se dirigió a
la ventana posterior de la casa y lo rompió allí causando un gran
estruendo, la gente que se hallaba congregada orando, hizo por un
momento silencio y allí fue que el alma de Rabí Yehuda pudo elevarse a
los cielos.
El Talmud registra que muchas veces después de su
fallecimiento Rabí Yehuda Hanasi apareció en este mundo y concretó
bondades y cosas meritorias. Explica Rabí Yosef Hayim z"l -el Beh Ish
Hay- que la explicación de que Rabí Yehuda Hanasi haya aparecido tantas
veces a realizar cosas meritorias es debido a las plegarias que el
pueblo elevó por él en su momento. Es decir que continuó ligado con su
pueblo y no desapareció totalmente. Agrega que cada gran exponente de
Torá en su generación posee esta capacidad y su alma está ligada con la
de su generación y no desaparece totalmente con su fallecimiento.
Lo
mismo podemos decir de nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef, z"l, él fue
nuestro gran líder y maestro y por lo tanto su alma está ligada a
nuestra generación y desde su lugar de privilegio rezará por el
bienestar de todos nosotros. Y dice el Talmud (Pesajim 92) que todo
dirigente que rigió los destinos de su pueblo con tolerancia y
paciencia, lo hará también en el futuro cercano, con la llegada del
Mashiaj. Indudablemente nuestro maestro fue un gran líder que dirigió a
su pueblo con tolerancia, amor y respeto y continuará haciéndolo desde
los cielos con sus plegarias por nosotros, hasta la llegada del mashiaj.
Amen.
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