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EL ARCOIRIS



Dice el Talmud (Jaguiga 16) Todo el que observa el arcoiris sus ojos se debilitan, como está escrito: Como la visión del arcoíris en las nubes el día de lluvia, así es la visión de la claridad alrededor es la visión de la imagen de la honra divina (Ezequiel 1). O sea que la visión del arcoíris representa de alguna forma la honra divina y por lo tanto no es respetuoso permanecer observándolo

Es preciso comprender a que hace referencia la afirmación de que el arcoíris representa algo de la divinidad. Explica el Meiri, que así como en el arcoíris los colores son difusos y diversos y no se ve algo claro, también la divinidad al presentársele al profeta Ezequiel lo hizo en forma difusa y no clara. Por ello, debido a esta comparación que realiza el versículo, toda persona temerosa de D-os debe abstenerse de observar el arcoíris.

A los efectos halájicos, dictamina Maran (Sh. Aruj cap. 229) que no se debe observar el arcoíris. Y el Maguen Abraham cita en nombre de la obra Shel"a que quien observa el arcoíris sus ojos se debilitan y su visión se disminuye.

El gran erudito Rab Yosef Dob Soloveitchik z"l (Boston) explica que la afirmación del Talmud en cuanto a que quien observa el arcoíris sus ojos se debilitan, se refiere a quien no sabe apreciar la presencia divina que simboliza el arcoíris posee una débil visión espiritual. De hecho el Talmud se expresa en tiempo presente, sus ojos son débiles y no en futuro, sus ojos se debilitarán. Sin embargo, según se infiere de la obra Shel´a arriba mencionada la observación del arcoíris de hecho debilita la visión.

Quien ve el arcoíris debe pronunciar la siguiente bendición: Baruj Ata A-donay, Elohenu Melej Haolam, Zojer Haberit, Neeman Bibrito Vekaiam Bemaamaró. O sea que el Eterno recuerda su pacto con Noaj, cuando envió el diluvio que arrasó toda la tierra, y aun cuando debería enviar un diluvio similar debido a la maldad e impiedad existente, recuerda su pacto de no volver a destruir la tierra y no lo envía, como está escrito: Y se verá el arcoíris en la nube y recordaré Mi pacto. Termina esta bendición diciendo "Kaiam Bemaamaró", cumple Su palabra, pues aún cuando el arcoíris es un fenómeno natural que se remonta a la misma creación del mundo, de todas formas D-os cumple su pacto y al aparecer el arcoíris señala que no lo destruirá.

Escribe la obra Mishna Berurá (Sh. Aruj cap. 229) que no hay una postura clara entre las autoridades sobre cuando se debe pronunciar esta bendición, si al ver el arcoíris en su totalidad, o sea como un semicírculo, o si se puede observar sólo una parte del mismo se puede pronunciar la bendición.

Nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef, z"l escribe que el Sefer Haberit sugiere que de no aparecer la imagen completa del arcoíris no se debe pronunciar la bendición pues los sabios la instituyeron sólo sobre la imagen completa del mismo, por lo tanto y ateniéndonos a la regla halájica de "safek berajot", es decir que de existir duda en la berajá nos abstenemos de pronunciarla para evitar pronunciar el nombre de D-os en vano, también en este caso debemos evitar pronunciarla si no vemos el arcoíris en su totalidad.

Sin embargo, el gran erudito Rabí Shalmo Mizrahi z"l, integrante del tribunal rabínico de Rabí Obadia Yosef, z"l, escribe que no hay diferencia en cuanto a cómo aparece el arcoíris y se puede bendecir incluso si no se presenta en su totalidad. De todas formas, y según la regla arriba mencionada lo ideal es no pronunciar la bendición a menos que se presente en su totalidad como un semicírculo. De todas formas, si existe al respecto la costumbre de bendecir sobre el arcoíris aún si se lo ve parcialmente, en los lugares que así lo acostumbran pueden hacerlo.

Halaja yomit

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